El Grupo Municipal de Torrelavega quiere expresar su honda preocupación por el inexplicable retraso en la conclusión de las obras para la construcción de un Centro de Día para enfermos de Alzheimer a partir de lo que fueran las dependencias de la escuela infantil Isla Verde.

Esta no es la primera ocasión en la que Torrelavega Sí insta a nuestros gobernantes a que se comprometan y den un paso adelante decidido para facilitar las condiciones de vida a los familiares de los pacientes de una enfermedad devastadora y, por desgracia, cada vez más presente en nuestro entorno social.

Pese a ello, ya sea por desidia, ya por insensibilidad, el proyecto sigue demorándose en el tiempo sin llegar a ser una solución para quienes padecen este grave problema. Un abandono que se extiende incluso a los trámites de cesión de uso del inmueble, una gestión imprescindible para que la AFAC pueda firmar con el ICASS el convenio que garantice una atención especializada en esta instalación. 

Este partido recuerda que hace justo un año, el 4 de enero del 2 023 se anunciaba que “La antigua escuela infantil Isla Verde de Torrelavega se convertirá en un centro de día, con 18 plazas, para atender a personas con Alzheimer y a sus familias.

Las obras de adecuación del edificio se realizarán gracias a una subvención del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS) de 43.526 euros, con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia”.

Torrelavega Sí siempre ha mantenido que la finca antes ocupada por la escuela infantil Isla Verde resulta el espacio idóneo para albergar un centro de día para los enfermos de Alzheimer, dado que su jardín, perimetralmente acotado, sin barreras de acceso y alejado del tumulto urbano pueden proporcionar la tranquilidad que estos pacientes, y sus familiares, requieren.

En la actualidad la asociación de familiares de pacientes que padecen esta enfermedad, la cual lleva  acabo una labor entregada y silenciosa, tiene su sede en el centro Pedro Lázaro Baruque, desde donde realiza su acción asistencial, los talleres de acción preventiva, así como el apoyo a los propios familiares de los enfermos. Una labor, en definitiva, la que lleva a cabo esta asociación, que complementa aquella que la Administración no puede cubrir.  

Para esta formación, este retraso inexplicable e incomprensible, solo puede atribuirse a razones políticas y de incompetencia en la gestión, causando, en este caso en particular, un gran dolor en un sector que ya viene muy castigado por circunstancias que escapan a su control.